abril 10, 2012

Glenn Cooper EL LIBRO DE LAS ALMAS

"Montaigu estaba a la altura de su reputación como infierno en la tierra. Edgar pensó que habría sido mejor estar en prisión. Al menos allí no tendría que leer a Aristóteles en latín ni soportar latigazos cada vez que no fuera capaz de memorizar un pasaje."

Pese a que aun no ha aparecido  -que yo sepa- la versión de bolsillo, tal como les anuncié tenía pensado regresar a Glenn Cooper en cuanto tuviera unos días de vacaciones.

El libro de las almas es la continuación de La Biblioteca de los Muertos y, como tal,  mantiene fiel el estilo de su antecesora. Aun así se aprecian  cambios respecto a la primera parte:  el estilo se ha pulido, la documentación es más exhaustiva y ya no aparecen los errores históricos de bulto que tanto asombraban al lector. Un esfuerzo que creo más achacable a la editorial, animada por el éxito de La Biblioteca de los Muertos, que a la pericia literaria de Glenn Cooper.

En todo caso, la trama está bien bastante bien construida, permite ser abordada sin necesidad de conocer la primera parte –aprende de nuevo, Zafón-  y se deja leer con suma facilidad, tanto por lo entretenido del argumento como por lo conciso de su estilo. Tanto que me ha sido casi imposible entresacar una sola cita del mismo que destile algún poso literario.

En definitiva, una lectura sin más pretensiones que entretener –enriqueciendo de paso a su autor, claro- y que saca su mejor nota si la comparamos con libros de su misma cuerda, como ese horripilante El símbolo perdido, de Dan Brown.