Pese a que aun no ha aparecido -que yo sepa- la versión de bolsillo, tal como les anuncié tenía pensado regresar a Glenn Cooper en cuanto tuviera unos días de vacaciones.
El libro de las almas es la continuación de La Biblioteca de
los Muertos y, como tal, mantiene fiel
el estilo de su antecesora. Aun así se aprecian cambios respecto a la
primera parte: el estilo se ha pulido,
la documentación es más exhaustiva y ya no aparecen los errores históricos de
bulto que tanto asombraban al lector. Un esfuerzo que creo más achacable a la
editorial, animada por el éxito de La Biblioteca de los Muertos, que a la pericia
literaria de Glenn Cooper.
En todo caso, la trama está bien bastante bien construida,
permite ser abordada sin necesidad de conocer la primera parte –aprende de nuevo, Zafón-
y se deja leer con suma facilidad, tanto
por lo entretenido del argumento como por lo conciso de su estilo. Tanto que me
ha sido casi imposible entresacar una sola cita del mismo que destile algún
poso literario.
En definitiva, una lectura sin más pretensiones que entretener
–enriqueciendo de paso a su autor, claro- y que saca su mejor nota si la
comparamos con libros de su misma cuerda, como ese horripilante El símbolo
perdido, de Dan Brown.