"Mantener una relación adúltera en esta Barcelona de principios de los años sesenta no es cosa fácil y acarrea aún notorios desajustes y problemas logísticos. Tan sólo diez años más tarde, el panorama se habrá modificado sustancialmente, todas las barreras habrán caído y ser infiel al cónyuge pasará a constituir un hecho cotidiano, fácil, aceptado y hasta exigido en los círculos más sofisticados, tanto del stablishment profranquista como de la izquierda acomodada"
Sergio Vila-Sanjuán es un conocido periodista especializado en información cultural que dio el salto a la literatura en 2010, con su novela Una heredera de Barcelona. El libro, ambientado en la Barcelona de la segunda década del siglo XX, destacó por la elegante prosa del autor, lo sutil de su trama y el conocimiento de causa que Vila-Sanjuán poseía de los ambientes más elegantes de la ciudad condal.
Sergio Vila-Sanjuán es un conocido periodista especializado en información cultural que dio el salto a la literatura en 2010, con su novela Una heredera de Barcelona. El libro, ambientado en la Barcelona de la segunda década del siglo XX, destacó por la elegante prosa del autor, lo sutil de su trama y el conocimiento de causa que Vila-Sanjuán poseía de los ambientes más elegantes de la ciudad condal.
El autor ha repetido la fórmula en su nueva obra, Estaba en
el Aire, trasladándola cuarenta años en el calendario. Ahora nos encontramos en
la Barcelona de 1960 y el argumento gira alrededor de un programa de radio “rinomicina
le busca” patrocinado por un emergente grupo empresarial catalán. Un marco
diferente para un libro que, en esencia, sigue siendo el mismo que escribió en
2010: Las pasiones y desventuras de acomodados burgueses (ya se sabe que los
ricos también lloran), el languidecimiento de la vieja aristocracia catalana y
la potencia de los nuevos empresarios que, siempre al amparo de la dictadura, tratan de modernizarse para multiplicar sus
fortunas.
Sergio Vila-Sanjuán parece empeñado en alzarse como el cronista
de época de la alta sociedad barcelonesa. Sus dos libros, plagados de referentes familiares, así lo atestiguan.
Por desgracia, lo que en los años veinte era glamour a principios de los
sesenta e había transformado en utilitarismo, lo que resta bastante atractivo a esta
segunda novela. Además, los personajes de Estaba en el Aire son demasiado
recientes, por lo que causan mayor rechazo.
Lo que resulta innegable es la gran influencia que aun hoy
ejerce en Barcelona su clase patricia. De no ser así, es difícil explicar cómo
Sergio Vila-Sanjuán ha podido ganar el Premio Nadal con esta novela. Sin ser mala, Estaba en el aire se queda muy lejos de la altura de tan prestigioso certamen.