Con su anterior novela, Ines y la Alegría, Almudena Grandes se
embarcaba en un ambicioso proyecto titulado Episodios de una guerra
interminable, con el objetivo de recuperar la memoria casi extinguida de una lucha antifranquista que, en contra
de lo que muchos creen, no acabó
en 1939. Por ello, al analizar sus dos últimos libros, prefiero separar la
parte histórica de la puramente literaria.
Si nos centramos en la primera, su labor es excelente. Almudena rescata
en ambas obras detalles apasionantes
de nuestra historia que, a fuerza de querer ser ocultados, corren el
riesgo real de acabar en el olvido.
Un diez. Respecto al aspecto literario, el resultado es, a mi juicio,
más desigual
Debo reconocer que Inés y la Alegría no me
gustó como novela, aun reconociendo el valor de la obra. El problema es
que nunca llegué a creerme a la protagonista. Algo que, por fortuna, no sucede en su nueva creación. El
lector de Julio Verne nos presenta una trama robusta y muy bien articulada, en
la que brillan unos personajes perfectamente construidos. Pocas veces he leído una descripción
tan precisa de la difícil convivencia entre ambos bandos –vencedores y
vencidos- en la postguerra. Con ideología, sin duda, y muy clara, pero huyendo de maniqueísmos fáciles o injustas equidistancias.
Es interesante subrayar que, a la hora de
escribir, en Almudena conviven dos estilos. Por un lado, el que caracteriza a la precisa narradora de
personas y situaciones. Por otro, el que define la exuberante prosa que la
autora exhibe cuando se trata de describir sentimientos. Si el primero es claro y conciso, el
segundo se desparrama en un torrente de frases, larguísimas y apenas separadas
por algunas comas, que en ocasiones apabulla al lector. Un recurso que puede
gustar más o menos pero, viendo la fruición con que lo utiliza, no cabe duda de
que define a la autora.
En definitiva, El Lector de Julio Verne es un
buen libro, que satisfará tanto a los amanrtes de la literatura de calidad
como a aquellos que deseen bucear en nuestra historia más reciente. Eso sí, como este país es como es, dudo que apasione a quienes comulgan con nuestra moderna derecha. Una pena porque ellos, más que nadie, necesitan este tipo de lecturas. Además, con lo que ha llovido desde entonces, los Episodios de una Guerra Interminable de Almudena Grandes no deberían levantar ya ninguna ampolla. ¿O sí?
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