"En sus propias pupilas, Bosch vio una comprensión de la esencia del trabajo de un detective de homicidios: vio que, cuando saliera por aquella puerta, se sentiría deseoso y capacitado para hacer lo que hiciera falta, costara lo que costase, para cumplir con su obligación. Pensarlo lo hizo sentirse a prueba de balas".
Reconozco que nunca me había acercado a la obra de Michael Connelly y que, por tanto, desconocía al detective Harry Bosch. La verdad, no sé si le daré otra oportunidad. Y eso que la novela cumple su función como libro de verano, esto es, la trama no aburre y se deja leer. Pero le falta literatura y le sobra guión de cine., todo q¡y que, como película, el argumento apenas para elaborar un telefilm de segunda.
Una historia policíaca necesita una chispa especial para transformarse en novela negra. Aquí no la he encontrado. Incluso el protagonista, supuesto héroe, me ha parecido un verdadero estúpido.
Supongo que los que han leido las 12 novelas anteriores del detective Harry Bosch –un acrónimo de Hieronymus Bosch, el pintor holandés que por aquí denominamos como El Bosco- conocerán mucho mejor que yo al personaje y sabrán encontrarle unos matices que no logro ver. O quizá esta obra, la número 13 y publicada por entregas en The New York Times, no está a la altura de las demás.
Para mi gusto El Observatorio es una novela intrascendente, ni frío ni calor, de la que sobre todo se agradece su brevedad.
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