Tras el buen sabor de boca que me dejó El Verano de Los Juguetes Muertos, poco he tardado en hacerme con la segunda y, hasta el momento, última novela de Toni Hill.
Los buenos Suicidas es la continuación en forma de saga de su ópera prima, por lo que encontramos muchos elementos comunes, amén de los personajes principales. Y aunque la publicación de ambas novelas apenas dista un año, se nota que en este tiempo Toni Hill ha crecido como escritor. Su estilo sigue siendo directo, sin grandes florituras, pero pulcro y cada vez más personal.
En cuanto al argumento, se obreponen dos historias. Una, la que da sentido a la saga, tiene a la ex mujer del inspector Salgado como eje conducor. La otra, la específica de esta novela, podría recordar a clásicos del género como Agatha Christie, por la gran cantidad de personajes relacionados entre sí y unidos alrededor de un crimen. Un ejercicio complejo, ya que el autor precisa describir a cada uno de ellos, dotarles de personalidad y jugar con las posibilidades que todos tienen de ser el asesino.
Y aquí es donde, a mi parecer, la novela flaquea más. Dado lo
bien elaborada que está la trama, el desenlace de la misma –que, como es
costumbre, este blog calla para no dar pistas- se me antoja un tanto simple. Es
una pena pues, con un final algo más a la altura del resto del libro, podría haber considerado a Los Buenos Suicidas como una novela
redonda.