marzo 01, 2013

Lorenzo Silva LA MARCA DEL MERIDIANO

"Educada en la tirria hacia lo catalán que de un modo u otro se les inculca a todos los criados en los dominios de la vieja Corona de Castilla, el acto le resultaba per se lo bastante incómodo como para pensárselo dos veces, pero además el aspecto de aquella planta comestible parecía suscitarle alguna desconfianza (La agente Chamorro ante un calçot)


No es la primera vez que Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro, los convencidos miembros de la benemérita creados por Lorenzo Silva, han hecho ganar premios a su autor. Lo lograron en el año 2000, al alzarse con el Nadal gracias a “El Alquimista Impaciente”. Y han repetido hazaña en 2012, donde lograron llevarse nada menos que el premio Planeta con el libro que nos ocupa.

Reconozco que no he leído todos los libros de esta pareja de guardias civiles, aunque los dos o tres que han pasado por mis manos me dejaron un buen sabor de boca. Una sensación que se ha repetido en este libro, a pesar de algunos matices que señalaré.

En la parte posiitva, los argumentos de más peso: lo bien trabajado de los personajes principales, la indudable solidez de la trama y la excelente prosa que destila la obra. En un aspecto muy diferente, también me ha gustado la claridad y la falta de tapujos con la que aborda un tema tan espinoso como es la imagen que para muchos españoles proyecta Catalunya.


Respecto a los aspectos que menos me han agradado, reconozco que son bastante subjetivos e incluso alejados de la crítica literaria. El problema es que mi visión de la guardia civil casa muy poco con la que muestra Lorenzo Silva, por lo que entiendo como arenga y exaltación del espíritu castrense pasajes que quizá el autor no planteó así. Además, debido a lo bien construidos que están los protagonistas, me es difícil comprender en ocasiones cómo razonan o actúan. Así, aunque intente identificarme con el brigada Bevilacqua, por ejemplo, no llego a ponerme en su piel. Y es que nunca acabaré de fiarme de un tipo que se despierta cada mañana al son del himno de la legión.


"El estilo castrense, también allí, y por si lo olvidábamos cuando andábamos por la calle jugando a policías, nos recordaba que habíamos jurado bandera".



Tampoco quisiera que la opinión personal que cada cual tenga sobre la guardia civil condicione la lectura de la obra. A fin de cuentas, cada día nos tragamos por cine y televisión la épica de marines, rangers, CSI, CIA, FBI, NSA, NCIS y demás cachocarnes americanos sin rechistar. Por encima de todo, La Marca del Meridiano es buena novela que agradará a los amantes del género policíaco y a quienes gusten de abordar historias bien escritas.

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