"El terror irrumpe en el monasterio de Leire"... y la literatura lo abandona despavorida desde la primera página.
Los Thrillers de ambientación religiosa tuvieron un gran boom tras "el nombre de la rosa". Quizá habría que situar a "los crímenes del número primo" en este subgénero, pero lo cierto es que la obra con que se despacha Reyes Calderón tiene más que ver con las aventuras de Santa Teresita del niño Jesús que con la que en su día protagonizara fray Guillermo de Baskerville.
"Los crímenes del número primo" es un libro con un guión que de inconsistente resulta absurdo, escrito además sin el menor sentido del ritmo narrativo. Una obra que puede llegar a asombrar al lector no por la trama, que no se aguanta por ningún lado, sino por la permanente loa a curas, obispos y cardenales, así como por la admiración casi morbosa de la autora por provincianos engominados. Cuanto más de derechas mejor.
Y no crean que escribo esto condicionado por el tufo a sacristía que la obra desprende. Sencillamente es que es un libro muy malo. Una novela que solo puede hacer las delicias a beatonas poco leídas y a miembros del Opus, más ordinarios que supernumerarios, me temo.
Eso sí, imagino que a Ana Botella le encantará.
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