El próximo lunes es Sant Jordi, la fiesta del libro por
excelencia. Un día para que los lectores honren la letra impresa y para que compren incluso los más alérgicos a la cultura. Y
recalco lo de comprar. En Sant Jordi, lo de descargarse un PDF no vale.
Como buena parte de las personas que el día 23 abarrotarán
las calles de Barcelona se mueven entre ambos extremos, permítanme que les
recomiende, bajo mi subjetivo punto de vista,
algunas obras que valdría la pena leer o regalar, así como aquellos autores de los
que conviene inmunizarse.
Obras para leer.
Me he permitido
destacar 5 obras. Todas tienen en común que son novedades, fáciles de
encontrar en cualquier librería, y aptas para un público variopinto (que no son de
culto, vamos).
Paul Auster DIARIO DE INVIERNO
Sorprende gratamente que siendo una autobiografía tenga tan
pocas páginas. Como curiosidad, pese a
estar disponible en España, este libro
no llegará a Estados Unidos, país del autor, hasta el próximo otoño.
Recomendada para introspectivos.
Almudena Grandes EL LECTOR DE JULIO VERNE
Aunque la anterior novela de Almudena Grandes Inés y la
Alegría no me gustó, alguien capaz de
escribir un libro tan magnífico como El Corazón Helado merecerá siempre una
nueva oportunidad. Recomendada para todos, excepto fachones.
Lluis Llach MEMÒRIA D’UNS ULLS PINTATS
De por general huyo de libros escritos por no novelistas
(ver capítulo siguiente) pero, conociendo al autor, lo imagino con capacidad
sobrada para parir una obra con la que disfrutar o dormir a pata suelta. En ambos casos bienvenido. No recomenat pels que porten “España antes roja
qaue rota” tatuat al cos.
Félix J. Palma EL MAPA DEL CIELO
La gran incógnita. Sólo sé de él por sus reseñas en los
diarios, lo que no siempre –recuerden David Monteagudo y su infumable Fin- resulta de
fiar. Pero este futurismo de época que anuncia me atrae mucho. Recomendada, en
principio, para aficionados a Julio Verne.
Eduardo Mendoza EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA
Vuelve el maestro a su género preferido y con su personaje
más entrañable. Esperpento lúdico y diversión garantizada. Un mal trago para
imitadores sin gracia como Pablo Tusset. Recomendada para todos, excepto
estreñidos crónicos.
Obras de las que huir
De la misma forma que las paradas nos obsequiarán con
verdaderas obras de arte literario, junto a ellas convivirán, y no en poca
cantidad, verdaderos truñolibros. Y no
crean que lo harán agazapados, sino sacando pecho y con su autor dedicando
obras, ya que la mayoría de ellos están firmados –y casi nunca escritos- por
tipos más o menos mediáticos.
Como medida profiláctica les aconsejo que huyan de autores
que nada aportan a la cultura y que, en ocasiones, la emponzoñan. Tipos como
Alejo Vidal Quadras, Ana Obregón, Macaco, Risto Mejide, Tomàs Molina, Arantxa
Sánchez Vicario, Mario Vaquerizo, Miguel Ángel Revilla, Mario Conde o Jandro,
por citar solo a algunos.
Un caso aparte es Sebastià Jovani, autor de uno de los
libros más espantosos que he leído en mi vida: Emulsió de Ferro. Tan malo es que
el autor merecería que le amputaran ambas manos para evitar que volviera a escribir.
Y sin embargo recuerdo la obra con simpatía, quizá porque no daba crédito a lo que leía, quizá porque Sebastiá me pareció
un tipo bastante cachondo. Por ello, no
descarto recaer ante su última obra, Emet o la Revolta, y más sabiendo que el
autor tendrá los santos cojones de dedicarla.
Para acabar un par de recomendaciones.
La primera es que espero que, a estas alturas del siglo XXI, nadie será tan casposo de regalar sólo rosas a las chicas y sólo libros a
los chicos. Entréguense ambos entre sus seres queridos sin más continencia que la que marca la
crisis, que un día es un día.
La segunda es que no duden en visitar a sus autores preferidos
para que les firmen sus libros, aunque no los haya comprado en el día. A ellos les gusta –aunque luego se quejen de
trabajar un día al año- y la obra deja de ser un producto en serie para
convertirse en algo único.