diciembre 18, 2012

Toni Hill LOS BUENOS SUICIDAS

"Según parece, nadie se ha molestado en componer canciones nuevas, así que un año más los peces siguen bebiendo en el mismo puto río. Debe de ser eso lo que jode de la Navidad, piensa Héctor: el hecho de que, en líneas generales, sea siempre igual, mientras nosotros cambiamos y envejecemos".

Tras el buen sabor de boca que me dejó El Verano de Los Juguetes Muertos, poco he tardado en hacerme con la segunda y, hasta el momento, última novela de Toni Hill.

Los buenos Suicidas es la continuación en forma de saga de su ópera prima, por lo que encontramos muchos elementos comunes, amén de los personajes principales. Y aunque la publicación de ambas novelas apenas dista un año, se nota que en este tiempo Toni Hill ha crecido como escritor. Su estilo sigue siendo directo, sin grandes florituras, pero pulcro y cada vez más personal.

En cuanto al argumento, se obreponen dos historias. Una,  la que da sentido a la saga, tiene a la ex  mujer del inspector Salgado como eje conducor. La otra, la específica de esta novela, podría recordar a clásicos del género como Agatha Christie, por la gran cantidad de personajes relacionados entre sí y unidos alrededor de un crimen. Un ejercicio complejo, ya que el autor precisa describir a cada uno de ellos, dotarles de personalidad y jugar con las posibilidades que todos tienen de ser el asesino.

Y aquí es donde, a mi parecer, la novela flaquea más. Dado lo bien elaborada que está la trama, el desenlace de la misma –que, como es costumbre, este blog calla para no dar pistas- se me antoja un tanto simple. Es una pena pues, con un final algo más a la altura del resto del libro, podría haber considerado a Los Buenos Suicidas  como una novela redonda.

diciembre 03, 2012

Patrick Modiano TRILOGÍA DE LA OCUPACIÓN


Mientras ahogan unas risitas al preparar las bebidas, entra Grève, el maître, que le regunta a Marchelet: “Qué va a querer comer dentro de un rato el señor conde?”. A lo que Marchelet contesta invariablemente: El señor conde tomará mierda”.

Desde la humildad de esta bitácora, reconozco que me produce cierto vértigo enfrentarme a la crítica de una novela cuyo autor, postulado varias veces como premio Nobel y reconocido en su amplia trayectoria con los más importantes premios literarios, está considerado uno de los mejores novelistas franceses vivos.

Y lo peor es que me toca hacerlo para concluir, haciendo un ejercicio de sinceridad, que los tres libros que componen la “trilogía de la ocupación” me han parecido un verdadero truño. Intentaré explicarme:

Las tres novelas de las que hablamos -El lugar de la Estrella, La Ronda Nocturna y Los Paseos de Circunvalación- fueron escritas entre 1968 y 1972.  O sea, hace más de 40 años; en un tiempo en que el pastiche narrativo, el aparente desprecio a las normas estilísiticas y el tocar temas tabús para la época, podía ser considerado como un acto transgresor, un ejercicio intelectual casi revolucionario.

El problema es que la pátina del tiempo ha dejado aquellas formas en pura anécdota. Un lector actual, al enfrentarse  a estos libros, difícilmente acabará de entender el empeño del escritor por dificultarle la lectura, esconderle lo que le quiere decir, confundirlo, mentirle y, a la postre, no explicarle nada.  Y no mediante un libro, sino a través de tres, puesto que todos ellos narran la misma historia.

Modiano me ha recordado a Houellebecq en su peor faceta por su afán algo pueril por provocar. Incluso al músico Serge Geinsbourg, con quien comparte su obsesión por el Nazismo. Y por Francia, naturalmente. Como buenos hijos de esa tierra.

En defensa de Modiano, cabe decir que éstas fueron sus tres primeras novelas. El lugar de La Estrella se publicó en 1968 al calor de la revolución del aquel mítico mayo. Cabe suponer que el autor que acabaría siendo galardonado con el premio Gouncout, aquel cuyo nombre ha sonado varias veces como aspirante al premio Nobel de literatura, siguió crecindo como escritor desde esas primeras obras de juventud.

Por suerte o por desgracia, me temo que yo no voy a averiguarlo.

diciembre 02, 2012

Jonas Jonasson EL ABUELO QUE SALTÓ POR LA VENTANA Y SE LARGÓ



"Allan metía a clérigos y políticos en un mismo saco y le daba igual que fueran comunistas, fascistas o capitalistas. En cambio, estaba de acuerdo con su padre en que la gente honrada no bebe zumo de frutas".

Como ya he comentado en otras ocasiones, soy de los que opinan que el título de un libro imprime el carácter de éste. Para bien y para mal pues de la misma forma que, en ocasiones, logra sintetizar el espíritu de la obra, otras veces dspista sobre el contenido de la misma.

Reconozco que con El Abuelo que Saltó por la Ventana y se Largó me ha sucedido algo así. Cogí el libro preparado para enfrentarme a una enternecedora historia sobre la tercera edad, con abuelitos amables, nietecitos cariñosos y buen rollo a raudales. Algo así como Heidi pero en actual. Pues bien, en su lugar me he encontrado con una especie road movieroad book, claro- adornada con pasajes al más puro estilo Forrest Gump y escrita con un sentido del humor que podría recordar a Eduardo Mendoza.

Huelga decir que , en este caso, el libro ha superado con creces las expectativas que, a priori, había puesto en él. Aunque su humor es sutil, cuando quiere, Jonas Jonasson sabe provocar la carcajada –tiene golpes de efecto realmente divertidos-  a partir de unos personajes de los que resulta muy difícil no encariñarse, expuestos a situaciones delirantes. De fondo, una curiosa perspectiva de algunos de los acontecimientos más importantes del siglo XX.

En resumen,  El Abuelo que Saltó por la Ventana y se Largó es mucho más que un mero relato cómico.  Estamos ante una brillante novela.

noviembre 05, 2012

Félix J. Palma EL MAPA DEL TIEMPO


“A medida que se adentraba en sus pretenciosas páginas, comenzó a cuajar en su mente el más puro tedio, aparte de la decisión de no citarse con sus admiradores nunca más”

Cuando, hace unos meses, realicé el comentario sobre El Mapa del Cielo comenté que me gustaría leer la obra que le precedió y dio fama, El Mapa del Tiempo, convencido de que sería mucho mejor que el libro que acababa de analizar y que no me dejó un buen sabor de boca.

Pues bien, ahora que ambas historias han pasado por mis manos, debo decir que mi intuición me traicionó. El Mapa del Tiempo  aun siendo el primer libro de la saga, es bastante peor que el segundo, ya que presenta en estado puro los vicios literarios que, ahora lo sé,  su siguiente obra intentó pulir. Esto es, una manía desmedida por entretenerse, en ocasiones de forma realmente soporífera, en describir con todo lujo de detalles situaciones y hechos alejados la trama principal y que, como el lector descubre pronto,  no solo no aportan sino que en nada influirán sobre ésta. ¿Con qué fin? Con el de alcanzar un nivel suficientemente abultado de páginas, intuyo, pues si no es difícil de explicar. O el de pretender hacer muchos libros en uno solo, una tentación que casi siempre lleva al fracaso.

Y es que de El Mapa del Tiempo, organizado como una suerte de trilogía apenas enlazada por algunos personajes comunes, sobran las dos primeras partes y la mitad de la segunda.  Así, lo que podía haber sido un fantástico relato de ciencia ficción acaba convertido en un libro farragoso en el que el género fantástico apenas logra abrirse paso entre la comedia de situación, el drama romántico o la novela de enredos, sin que estos géneros se conjuguen para ofrecer un producto coherente.

Y es una pena porque, lo dije en su momento y lo repito, Félix J. Palma escribe muy bien. Y además, está perfectamente documentado. Por desgracia, tener un estilo impecable o saber mucho de un tema no basta para parir una buena novela. Quizá Palma sea el primer convencido.  Así, cobraría sentido lo que él mismo cita en su libro: “Tal vez debería atreverse a escribir otro tipo de historias, algo que sacudiera el alma de los lectores de un modo distinto, una novela cuya lectura les supusiera poco menos que una revelación (...)”

¿Enstaría pensando en sí mismo?

octubre 01, 2012

Clara Sánchez ENTRA EN MI VIDA

"Cuántas cosas tuvieron que encajar en el universo para que ellos existieran y luego se encontraran y naciéramos mi hermano y yo. Cuántos millones de ojos, de bocas, de huesos, de células, cuantos miles de millones de personas fueron necesarios para que viniéramos al mundo, y antes de ellos, cuántos miles de millones de animales, de bacterias, de años, de tinieblas... y de esperar que llegásemos ¿Qué sentido podía tener entonces la muerte de Laura?".

El tema de los niños robados en España, tanto durante el franquismo como bien entrada la democracia, es uno de los mayores escándalos que ha sacudido a este país. Una abominación que será muy difícil de esclarecer ya que salpica de lleno a estamentos altamente protegidos.

Clara Sánchez se adentra en este turbio mundo con Entra en Mi Vida. Pese a lo actual del asunto, es evidente que la autora no ha escrito una crónica sino una novela, lo cual se agradece. Para informarnos ya tenemos a los diarios.  No encontraremos pues datos de actualidad, sino una historia escrita a dos voces, que descompone este drama bajo la doble perspectiva de quien busca respuestas y de quien descubre la terrible realidad.

El resultado es una novela en la que la humanidad de los personajes –o su perfidia en algunos casos- triunfa sobre el efectismo emocional en el que sería fácil caer al tratar algo tan sensible como es el robo de bebés.

Todo un detalle que demuestra el oficio de Clara Sánchez y su capacidad para crear historias conmovedoras con independencia del tema que trate.

Fred Vargas HUYE RÁPIDO, VETE LEJOS

–¿Sabes, Camille, que el día en que Dios creó a Adamsberg, había pasado una noche muy mala?

Segunda dosis de Vargas en un mismo verano. ¿Demasiado? Reconozco que, apenas iniciada la lectura, me sorprendió la semejanza de la trama de esta obra con la de El hombre de los Círculos Azules, de la misma autora y recientemente comentado aquí. Si en uno, los círculos azules pintados en el suelo preceden a los crímenes, en este otro, el número cuatro dibujado en las puertas es quien avisa de inminentes asesinatos.

Pura fascinación simbólica por parte de la autora, imagino, ya que a partir de aquí las historias no se parecen en nada, o no se parecen más de lo que dos novelas protagonizadas por el  comisario Adamsberg  pueden asemejarse entre sí.

En este libro, ya se percibe una cierta deriva gótica -que se ha hecho más evidente en sus últimas novelas- y que se refleja  en la forma de dar cuerpo a la trama con algo tan siniestro como la peste bubónica.

La autora sigue fiel a su estilo, Los personajes estrambóticos y las situaciones surrealistas se dan cita de nuevo en un relato en que, pese a todo, la trama policial se impone sobre el especial universo creado por Fred Vargas con más autoridad que en otras obras.

Toni Hill EL VERANO DE LOS JUGUETES MUERTOS

"La oyó reírse, y se dijo que precisamente era eso lo que echaba más de menos últimamente en su vida: no alguien con quien follar, o con quien pasear o con quien vivir. Alguien con quien reírse de esta vida de mierda".

Si en la anterior entrada comentaba la excelente salud que parece exhibir la moderna novela negra barcelonesa, el libro que ahora nos ocupa reafirma aquella impresión.

Y no es que ambos libros se parezcan. Al contrario, mientras “Siempre Quise Bailar…” recrea –con gran acierto- todos los lugares comunes del género,  El Verano de los Juguetes Muertos se sustenta sobre todo en lo sólido de la historia y en la credibilidad que transmiten sus personajes.

Sorprende Toni Hill por lo bien que controla el “tempo” de la novela, afinando el momento en que corta cada capítulo con la misma precisión de un director de cine al cambiar de escena. Ello infunde a la narración un ritmo propio, que le permite transitar airosa por una intriga en ocasiones compleja.

En definitiva, El Verano de los Juguetes Muertos es un buen libro en el que secretos de familia, ciertas dosis de nihilismo y un relato más crudo que violento, conforman una novela que gustará a los amantes del género negro  y a aquellos que aprecien las historias bien resueltas.

septiembre 13, 2012

José Luis Romero SIEMPRE QUISE BAILAR COMO EL NEGRO DE BONEY M


"Barcelona es una ciudad donde la violencia no respeta ni a los viejos ni a los niños, una ciudad donde la vida en su estado natural es cruel y a veces sucia, una ciudad donde reina una batalla sin cuartel de todos contra todos y donde los más fuertes y los más sinvergüenzas avasallan a los más débiles".

Reconozco que compré esta novela hace un par de años con el mero fin de regalarla para un cumpleaños, dado lo bien traído del título. Y que, pese a adquirirla con un fin tan utilitario, me quedé con ganas de descubrir qué escondía. Por el título, claro. Así que, cuando este verano pude asaltar la librería de mi cuñada, beneficiaria en su momento de aquel presente, tuve claro qué le iba a pillar.

Pues bien, Siempre Quise Bailar Como el Negro de Boney M es un libro excelente, una de las mejores lecturas que he podido disfrutar este año. Un tributo a la novela negra, narrada por alguien que en cada párrafo evidencia cuanto ama este género.

Siempre Quise Bailar Como el Negro de Boney M es, hasta donde sé, la primera obra de José Luis Romero. Una ópera prima que revela un nivel poco usual de coherencia en su autor: José Luis tiene cosas  que contar, sabe cómo hacerlo, y conoce bien acerca de lo que escribe. A veces le traiciona su debilidad por los arquetipos, lo que hace que algunas conversaciones –con su secretaria, por ejemplo­­- resulten poco creíbles. Pequeños detalles perdonables porque, por lo demás, la obra es casi redonda. Romero ha leído a los clásicos y se nota.  Siempre Quise Bailar Como el Negro de Boney M rebosa cinismo, whisky, humo de tabaco, algo de denuncia social, alcohol, hostias como panes, incorrección política, sexo y mucho humor, al servicio, eso sí, de una historia interesante.

Un buen libro, en definitiva, que demuestra que la novela negra barcelonesa -en mi opinión un subgénero en sí misma - goza de una salud excelente.

PD: Documentándome para esta entrada he descubierto que Siempre Quise Bailar Como el Negro de Boney M se vende en Amazon a tan solo 0,99 € en su formato ebook. Por ese mismo ridículo precio, podemos encontrar también la nueva novela de Romero, La Komisaría del norte.  Motivo más que suficiente para comprar un Kindle ¿No creen?

agosto 20, 2012

Andrés Pérez Domínguez EL VIOLINISTA DE MAUTHAUSEN


Franz Müller se había alejado de Alemania seis años antes porque quería probar suerte como violinista pero también porque no le gustaba lo que veía en Berlín, pero él es alemán, y en algún rincón de su conciencia ha preferido pensar que lo que imaginaba no podía ser verdad, que era imposible que existieran esos campos adonde decían que se llevaban a la gente”.

Hay libros cuyo mero título ya evoca. El Violinista de Mauthausen es, sin duda, uno de ellos. Tanto que, ante la perspectiva de visitar el campo de exterminio, consideré necesario comprarlo. También ocurre en ocasiones que, tras leer unas pocas páginas, obras en las que había depositado grandes esperanzas, devengan en una enorme frustración. Por desgracia, también ha sido el caso.

El Violinista de Mathaussen se me había vendido de forma errónea como una suerte de crónica novelada del periplo de los presos españoles en aquel campo nazi. No es así. La poca información que ofrece tan siquiera llega a la que podamos encontrar, no ya en la wikipedia, sino en cualquier guía del lugar no demasiado extensa.

Exculpando de antemano al autor por la confusión, lo que queda es una historia de triángulo amoroso ambientada en la segunda guerra mundial. Y es aquí donde esta novela muestra todas sus carencias, que no son sino las de su autor.

Entendámonos, el problema no es lo que se cuenta, que incluso podría tener su cierta gracia, sino cómo se plasma en letra escrita: lenguaje plomizo, ausencia de ritmo, patinazos incomprensibles y un estilo general que, para no alargarme, muestra el amplísimo margen de mejora que Andrés Pérez Domínguez tiene por delante como escritor.

julio 25, 2012

Fred Vargas EL HOMBRE DE LOS CÍRCULOS AZULES

"La mujer degollada tenía los ojos abiertos y aterrorizados, y también la boca abierta, casi con la mandíbula desencajada. Producía la impresión de que estaba a punto de gritar la gran frase escrita a su alrededor, "Victor, mala suerte, ¿qué haces fuera?".

El Hombre de los Círculos Azules  significó el inicio de la saga protagonizada por el comisario Jean Baptiste Adamsberg. Para mí, que me acerqué a este personaje desde obras más recientes, ha sido toda una sorpresa descubrir que en un principio Adamsberg era todavía más raro que en sus últimas novelas, que ya es decir.  Todo un mérito que apuntala a este policía como uno de los personajes más extraños de la novela negra actual.

Nos encontramos pues ante la primera piedra de un proyecto que ha encumbrado a Fred Vargas a nivel internacional. Analizada en retrospectiva, la novela acumulaba méritos para convertirse en un éxito. Más que por lo original o complejo de la trama, por el planteamiento tan particular de los personajes. En este sentido creo que ha habido una cierta evolución. En las últimas obras he visto a un Adamsberg más contenido mientras, curiosamente, sus compañeros de trabajo en la comisaría han ido desquiciándose de forma progresiva. En el libro que nos ocupa, apenas tienen relevancia, a excepción del inspector Danglard, otro tipo digno de estudio.

En definitiva, El Hombre de los Círculos Azules es un buen libro, entretenido y, en ocasiones, sorprendente. ¿Se puede pedir más para pasar el verano?

julio 16, 2012

Lluís Llach MEMÒRIA D'UNS ULLS PINTATS



"Avions! Eren bombarders! Molts. Imponents. Volaven baixos. Tot i la poca claror de la lluna poguérem veure els seus perfils, metal·lics, quasi negres, i com s'acostaven alineats. Quedàrem allà immòbils, petits enmig del mar, garratibats, impotents mentre per damunt dels caps ens passava aquella ferralla en direcció a la ciutat. Malgrat la nit i la consigna de llums apagats, Barcelona es veia diàfana a l'horitzó. Aquella lluna mig mora els guiava perfectament per abocar-hi la mort.
I va ser així com involuntariament assistírem, des del mar, al bombardeig de Barcelona"

Reconec que, tot i que el fenomen de la nova cançó va esclatar a la meva adolescència, no  vaig començar a gaudir de la música d’en Lluis Llach fins molts anys mes tard, degut al rebuig ancestral que llavors sentia vers els cantautors. Potser per això vaig decidir que no volia trigar tant en conèixer la seva nova vesant com a escriptor, malgrat les reticències que sempre tinc quan em trobo davant del debut literari d’un famós, encara que sigui en el terme mes noble de la paraula.

Doncs bé, Memòria d’uns Ulls Pintats es un llibre excel·lent. Sense dubtes, la millor novel·la que he llegit aquest 2012. I això que encara tinc la memòria fresca amb dos obres molts bones que tracten el mateix període: El Lector de Julio Verne -la postguerra-  i, sobre tot, Cabaret Pompeya.

Memòria d’uns Ulls Pintats son molts llibres en només un. Descriu les convulsions de la república, la bogeria de la guerra civil i el terror de la dictadura i ho fa carregat d’ideologia, amb tot l’orgull.  També es un cant a la vida, a la joventut, a les contradiccions de l’adolescència i a la descoberta de la sexualitat. Sap transmetre els valors tan humans  com la amistat o la solidaritat entre veïns o desconeguts, només pel fet d’ajudar a qui ho està passant tant malament com tu. I, per sobre de tot, Memòria d’uns Ulls Pintats es una gran història d’amor.

La prosa de Llach es molt acurada, precisa a les expressions i sense floritures inútils. Les seves descripcions del barri de La Barceloneta son memorables, i resulta creïble tant quan explora els terrenys de la intimitat dels seus personatges,  com quan descriu situacions duríssimes, que també n’hi ha.

En definitiva, amb la Memòria d’uns Ulls Pintats, Lluis Llach ha creat una petita obra d’art.

junio 28, 2012

Donna Leon LA PALABRA SE HIZO CARNE


“Se sirvió una copa de vino blanco y sacó una silla a la terraza, donde permaneció una hora sentado contemplando cómo la luza se iba apagando hasta desaparecer, bebiéndose a sorbos su vino y dando gracias porque todos tuvieran vidas y cuestiones de las que ocuparse, ajenos a las terribles mentiras y decepciones que llenaban sus días”.

En anteriores crónicas de esta saga,  apuntábamos ya que cada nueva obra de Donna Leon pierde componente de novela negra respecto a la anterior, y gana como ejercicio de estilo. La Palabra Se Hizo Carne no es una excepción. Una trama justita que  sirve como excusa para describir situaciones y desarrollar unos dialogos muy bien planteados. ¿Es eso suficiente? El arte de Donna Leon como escritora se demuestra en pasajes como el de la visita al matadero, pero quizá sus seguidores esperábamos una historia menos previsible.

Como en todos los libros de la saga Brunetti, por La Palabra Se Hizo Carne desfila buena parte de los personajes  habituales en sus historias el inspector Vianello, la signorina Elettra, o el vicequestore Patta.  De entre ellos, hoy querría destacar a Paola, la esposa del comisario. Y es que esta mujer se supera de libro en libro.

Paola lo tiene todo. Es intelectual, trabaja en la Universidad, rica heredera de una de las principales familias de la ciudad, abnegada ama de casa –nadie, ni de dentro ni de fuera, le ayuda en las treas domésticas- , entregada madre ante sus hijos y principal confidente de su marido. Por si esto fuera poco Paola está buenísima y además cocina de maravilla unos platos, en ocasiones muy sofisticados, que ella elabora a diario para complacer a su familia. En este libro Paola llega al extremo de leer la mente de su marido a distancia, capaz de, por ejemplo,  adivinar cuando llegará Brunetti a casa con ganas de beber champlagne franceés, en lugar de vino o prosecco. En fin, Paola es tan perfecta que a muchos nos daría miedo cnvivir con alguien así, convencidos de que un ser como ese necesariamente debe esconder un lado tan oscuro como tenebroso tras esa fachada.

En definitiva, La Palabra Se Hizo Carne no es un gran libro, tanto por sí mismo como comparado con le resto de la saga en que se emarca.  Le salva del “poco recomendable” el cariño que tengo a Brunetti y algunos destellos como la misa de difuntos con que cierra la obra.

junio 25, 2012

Almudena Grandes EL LECTOR DE JULIO VERNE

"Así era el mundo, mi mundo, el lugar donde yo había crecido, donde había vivido durante nueve años, una ciénaga donde los valientes, los leales, los inteligentes, tenían que dejar de serlo si no querían morir jóvenes, y la autoridad se apoyaba en la traición, y los traidores lo eran siempre por dinero, y los héroes vivían como animales mientras los cobardes, los chivatos, los analfabetos, comían caliente y dormían en sus camas, amparados por el respeto de las personas decentes".


Con su anterior novela,  Ines y la Alegría, Almudena Grandes se embarcaba en un ambicioso proyecto titulado Episodios de una guerra interminable, con el objetivo de recuperar la memoria  casi extinguida de una lucha antifranquista que, en contra de lo que muchos creen,  no acabó en 1939. Por ello, al analizar sus dos últimos libros, prefiero separar la parte histórica de la puramente literaria.

Si nos centramos en la primera,  su labor es excelente. Almudena rescata en ambas obras detalles apasionantes  de nuestra historia que, a fuerza de querer ser ocultados, corren el riesgo real de acabar en el olvido.  Un diez. Respecto al aspecto literario, el resultado es, a mi juicio, más desigual

Debo reconocer que Inés y la Alegría no me gustó como novela, aun reconociendo el valor de la obra. El problema es que nunca llegué a creerme a la protagonista. Algo que, por fortuna,  no sucede en su nueva creación. El lector de Julio Verne nos presenta una trama robusta y muy bien articulada, en la que brillan unos personajes perfectamente construidos.  Pocas veces he leído una descripción tan precisa de la difícil convivencia entre ambos bandos –vencedores y vencidos- en la postguerra. Con ideología, sin duda, y muy clara, pero huyendo de maniqueísmos fáciles o injustas  equidistancias.

Es interesante subrayar que, a la hora de escribir, en Almudena conviven dos estilos.  Por un lado, el que caracteriza a la precisa narradora de personas y situaciones. Por otro, el que define la exuberante prosa que la autora exhibe cuando se trata de describir sentimientos.  Si el primero es claro y conciso, el segundo se desparrama en un torrente de frases, larguísimas y apenas separadas por algunas comas, que en ocasiones apabulla al lector. Un recurso que puede gustar más o menos pero, viendo la fruición con que lo utiliza, no cabe duda de que define a la autora.

En definitiva, El Lector de Julio Verne es un buen libro, que satisfará tanto a los amanrtes de la literatura de calidad como a aquellos que deseen bucear en nuestra historia más reciente. Eso sí, como este país es como es, dudo que apasione a quienes comulgan con nuestra moderna derecha. Una pena porque ellos, más que nadie, necesitan este tipo de lecturas. Además, con lo que ha llovido desde entonces, los Episodios de una Guerra Interminable de Almudena Grandes no deberían levantar ya ninguna ampolla. ¿O sí?

mayo 28, 2012

Carlos Zanón TARDE, MAL Y NUNCA


"La violencia no tiene orejas. No avisa de su llegada. No corre ni salta: solo estalla. Resulta estimulante no contenerse, no aplicar ningún freno intelectual ni moral. No preguntarse si es correcto o no hundir un puño en la cara de una mujer, asestarle zapatazos allí donde no se cubre, tirarle de la cabellera hasta que ella ayuda un poco y se pone a andar. El olor de la sangre, como el de la gasolina o la cola, es profundo, intenso. Llena por completo los agujeros de tu cabeza, te recuerda que en algún sitio existe un orden que sólo dictas tú. ¿Cómo evitar que eso no te guste?"

Cuenta Carlos Zanón que no descubrió que esta obra era una novela negra hasta un año más tarde de su publicación, cuando gantó el premio Brigada 21. Algo lento de reacciones me parece el autor ya que cualquiera que se acerque a Tarde Mal y Nunca descubrirá, desde sus primeras páginas, que esta narración es más negra que los cojones de Obama.  Y utilizo esta vulgaridad con plena conciencia, en un intento de situar el nivel intelectual de cualquiera de los protagonistas del libro.

Tarde Mal y Nunca es una novela de la mala vida. De tipos marginales de barrio abandonado, machistas, hiper violentos, con el cerebro embotado por las drogas y una capacidad intelectual rayana a lo nulo. Aprendices aventajados de delincuentes que ya han consumado el fracaso y a los que sólo les queda esperar a que sus vidas deriven, inevitablemente, en tragedia.

La novela es cruda, desgarrada y sin atisbo de poesía. Vivir en la marginalidad es una mierda y tratar de buscar algo de lirismo en ello resultaría, cuando menos, hipócrita. Algo que se agradece al autor, quien además huye de cualquier juicio moral

Resulta difícil valorar esta novela. Desde luego no recomendaría Tarde Mal y Nunca a personas sensibles, ni tampoco a quienes buscan la belleza en la lectura. Eso sí, el libro de Zanón hará las delicias de nihilistas y de los que, parapetados en sus cómodos sillones, adoran las historias de macarras, desde El Vaquilla o Perros Callejeros hasta mi añorado Makinavaja.

mayo 21, 2012

David Lodge TRAPOS SUCIOS


"¿No ve nada sexual en sentarse completamente desnuda con un desconocido en una cajita de madera?"

Si hace poco expresaba las reticencias que me provoca un volumen de más de 5 centímetros de lomo, esta vez toca quejarme por quienes deciden lanzar a precio de libro una obra que, maquetada de forma convencional, no pasaría de las 25 o 30 páginas.

Trapos sucios no es una novela al uso, sino la mínima adaptación que David Lodge hizo en 1999 sobre la obra de teatro, escrita por él  y de idéntico título, estrenada un año antes. El resultado final es un libreto apenas maquillado, con un protagonismo aplastante de los diálogos y una ausencia total la literatura. Un esfuerzo, a mi entender, inútil.  Y es que si ya cuesta adivinar cómo un argumento tan simple llegó a estrenarse en algún escenario, más incomprensible resulta aún que se haya novelado.

La cosa va de las tribulaciones de dos escritores adinerados en relación a una perversa periodista de nuevo cuño. Algo que, leído desde España, suena tan fantástico como si en este libro hubiera aparecido un elfo.  Porque en nuestro pais los peridodistas jamás buscarán los trapos sucios a un escritor, un pintor o alguien relacionado con la ciencia, las artes o la cultura. Más que nada porque sus lectores, o no los conocen, o les importa un pijo sus aburridads vidas.

No, aquí los únicos periodistas mordaces los encontramos entre aquellos que se dedican a seguir la vida de gente inútil e improductiva –la prensa de corazón- o parapetados tras esa abundantísima prensa de extrema derecha que dispara a diario sus sofllamas contra todo lo que no sea el PP.

Rota pues la única utilidad que podría tener la obra, Trapos sucios se revela como un libro bastante tonto y, desde luego, totalmnete prescindible. 

mayo 16, 2012

Félix J. Palma EL MAPA DEL CIELO

"Ahora sabía que un buen día, cuando saliera al jardín a arreglar los rosales, podía encontrarse a un grupo de diminutas hadas jugando al corro. Era como si todos los libros del planeta hubieran sufrido un descosido por el cual se fugaba la fantasía, calando en el mundo de tal modo que resultaba imposible distinguir la realidad de la ficción".

No es que sienta una aversión especial por los relatos extensos, pero pido que la historia lo justifique. Por ello, cuando me enfrento a un volumen grueso –más de 500 páginas- me asalta un temor. Y este es saber si el autor habrá ponderado, antes de acometer la tarea, si en verdad su historia exige de 700 o 1000 páginas para ser narrada.

Un ejercicio de estilo nada sencillo –sintetizar es mucho más difícil que abusar de las palabras- al que, si los escritores se aplicaran, evitaría toneladas de material de relleno que, en muchísimos casos, inflan sus narraciones sin aportar nada, desluciendo incluso el resultado final.

Pues bien, El Mapa Del Cielo de Félix J. Palma se alza como extraña excepción a esta regla: Es un libro inflado, repetitivo y en ocasiones aburrido, pero se salva por su principal defecto, esto es, por lo brillante de las apostillas, observaciones y reflexiones que engordan y mucho la trama principal. Y es que Félix J. Palma escribe muy bien pero, en esta novela, lo mejor de su estilo emerge cuanto más se aleja del nudo de la historia, que no es sino una nueva vuelta de tuerca al tan trillado tema de la invasión alienígena del planeta.

Sólo en la tercera y última parte del libro, y de esta en su mitad final, el escritor aporta sus propios recursos imaginativos al género fantástico y lo hace con maestría, pero para eso hay que situarse ya sobre la página 656 y pocos lectores llegarán hasta ahí sin cicatrices.

En definitiva, El Mapa del Cielo me parece un libro demasiado largo, que nos muestra a un autor muy superior a la obra que ha creado. Pese a todo, no lo calificaré como malo. Pasajes tan brillantes como aquel en el que el protagonista describe su vocación de escritor, o el curioso final del libro, lo redimen de ello.

Tengo en casa El Mapa Del Tiempo, el libro que encumbró a Félix J. Palma y que, intuyo, será muy superior a éste. Cuando lo lea les cuento.

abril 24, 2012

Eduardo Mendoza EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA


“Pero yo había decidido no hacer ningún tipo de mudanza, ni entonces ni nunca, por ningún concepto. Porque confiaba en que algún día, no hoy ni mañana, ni en un año, ni siquiera en dos, pero algún día, Quesito recapacitaría sobre lo ocurrido, vería las cosas con otros ojos y depondría su enfado, y si entonces quería venir a decírmelo o a decirme cualquier otra cosa, era importante que supiera que me podía encontrar.”

Para los que admiramos a Eduardo Mendoza, encarar la lectura de El Enredo de la Bolsa y la Vida supone un doble placer. El de afrontar una nueva novela del autor barcelonés y el de rencontrarse con el loco investigador anónimo de El Misterio de la Cripta Encantada, El Laberinto de las Aceitunas y La Aventura del Tocador de Señoras. Un tipo sin nombre al que, con toro cariño y sabiendo que yerro, llamaré Manolito.

A partir de aquí lo mejor que el lector puede hacer es deslizarse y dejarse llevar por la lectura, a sabiendas de no habrá página que amague algún motivo para la sorpresa, la ironía, la sorna, el esperpento o la pura carcajada. Aun así, que nadie crea que este libro es una sucesión de gags más o menos enhebrados. O de chistes fáciles. En El Enredo de la Bolsa y la Vida manda el guion y todos los elementos hilarantes, que son muchos y variadísimos, están al servicio de una historia, por lo demás sólidamente trazada.

Tampoco es este libro, como he leído por ahí, una historia centrada en la crisis actual. Manolito, su hermana Cándida, el Pollo Morgan, Rómulo el Guapo, La Moski y el resto de personajes que traza Mendoza, son tipos que transitan por esta vida en crisis permanente  -si no moral, sí al menos pecuniaria- con independencia de la coyuntura política, social o económica, que atraviese el país.

Eso sí, El Enredo de la Bolsa y la Vida resulta una excelente terapia para en estos tiempos de recortes y restricciones que nos toca vivir. No porque combata semejantes males, desde luego, sino porque nos obliga a reír a mandíbula batiente a pesar de la que está cayendo. Y a hacerlo sin perder el sentido crítico y humano.

abril 19, 2012

Sant Jordi 2012: qué leer, de quien huir y un par de recomendaciones


El próximo lunes es Sant Jordi, la fiesta del libro por excelencia. Un día para que los lectores honren la letra impresa y para que compren incluso los más alérgicos a la cultura. Y recalco lo de comprar. En Sant Jordi, lo de descargarse un PDF no vale.

Como buena parte de las personas que el día 23 abarrotarán las calles de Barcelona se mueven entre ambos extremos, permítanme que les recomiende, bajo mi subjetivo punto de vista,  algunas obras que valdría la pena leer o regalar, así como aquellos autores de los que conviene inmunizarse.

Obras para leer.

Me he permitido  destacar 5 obras. Todas tienen en común que son novedades, fáciles de encontrar en cualquier librería, y aptas para un público variopinto (que no son de culto, vamos).

Paul Auster DIARIO DE INVIERNO
Sorprende gratamente que siendo una autobiografía tenga tan pocas páginas.  Como curiosidad, pese a estar disponible en España,  este libro no llegará a Estados Unidos, país del autor, hasta el próximo otoño. Recomendada para introspectivos.

Almudena Grandes EL LECTOR DE JULIO VERNE
Aunque la anterior novela de Almudena Grandes Inés y la Alegría   no me gustó, alguien capaz de escribir un libro tan magnífico como El Corazón Helado merecerá siempre una nueva oportunidad. Recomendada para todos, excepto fachones.

Lluis Llach MEMÒRIA D’UNS ULLS PINTATS
De por general huyo de libros escritos por no novelistas (ver capítulo siguiente) pero, conociendo al autor, lo imagino con capacidad sobrada para parir una obra con la que disfrutar o dormir a pata suelta.  En ambos casos bienvenido.  No recomenat pels que porten “España antes roja qaue rota” tatuat al cos.

Félix J. Palma EL MAPA DEL CIELO
La gran incógnita. Sólo sé de él por sus reseñas en los diarios, lo que no siempre –recuerden David Monteagudo y su infumable Fin- resulta de fiar. Pero este futurismo de época que anuncia me atrae mucho. Recomendada, en principio, para aficionados a Julio Verne.

Eduardo Mendoza EL ENREDO DE LA BOLSA Y LA VIDA
Vuelve el maestro a su género preferido y con su personaje más entrañable. Esperpento lúdico y diversión garantizada. Un mal trago para imitadores sin gracia como Pablo Tusset. Recomendada para todos, excepto estreñidos crónicos.

Obras de las que huir

De la misma forma que las paradas nos obsequiarán con verdaderas obras de arte literario, junto a ellas convivirán, y no en poca cantidad,  verdaderos truñolibros. Y no crean que lo harán agazapados, sino sacando pecho y con su autor dedicando obras, ya que la mayoría de ellos están firmados –y casi nunca escritos- por tipos más o menos mediáticos.

Como medida profiláctica les aconsejo que huyan de autores que nada aportan a la cultura y que, en ocasiones, la emponzoñan. Tipos como Alejo Vidal Quadras, Ana Obregón, Macaco, Risto Mejide, Tomàs Molina, Arantxa Sánchez Vicario, Mario Vaquerizo, Miguel Ángel Revilla, Mario Conde o Jandro, por citar solo a algunos.

Un caso aparte es Sebastià Jovani, autor de uno de los libros más espantosos que he leído en mi vida: Emulsió de Ferro. Tan malo es que el autor merecería que le amputaran ambas manos para evitar que volviera a escribir. Y sin embargo recuerdo la obra con simpatía, quizá porque no daba crédito a lo que leía, quizá porque Sebastiá me pareció un tipo bastante cachondo.  Por ello, no descarto recaer ante su última obra, Emet o la Revolta, y más sabiendo que el autor tendrá los santos cojones de dedicarla.

Para acabar un par de recomendaciones.
La primera es que espero que, a estas alturas del siglo XXI, nadie será tan casposo de regalar sólo rosas a las chicas y sólo libros a los chicos. Entréguense ambos entre sus seres queridos  sin más continencia que la que marca la crisis, que un día es un día.

La segunda es que no duden en visitar a sus autores preferidos para que les firmen sus libros, aunque no los haya comprado en el día. A ellos les gusta –aunque luego se quejen de trabajar un día al año- y la obra deja de ser un producto en serie para convertirse en algo único.

En este enlace podrán encontrar la relación de escritores, las librerías y los horarios en que firmarán. Es una gentileza de llegir en casd’incendi.

abril 11, 2012

Eduardo Mendoza EL MISTERIO DE LA CRIPTA EMBRUJADA


Permitan que esta vez estructure esta entrada el revés, esto es, glosando la obra al principio y dejando la cita para el final.

De hecho, esta entrada será breve.

Es más, se trata de una mera excusa para conmemorar la aparición de El enredo de la bolsa y la vida, el cuarto libro de la saga protagonizada por el peersonaje más entrañable de Eduardo Mendoza.

Admito sin rubor que esta entrada es un homenaje a la saga. Aunque me he valido de El Misterio de la Cripta Embrujada, podría haber hecho lo propio con El Laberinto de las Aceitunas o La Aventura del Tocador de Señoras.

Admito, al fin,  que poco puedo decir de esta obra que no muestre ya su genial primera página. Con ella les dejo.

“Habíamos salido a ganar; podíamos hacerlo. La, valga la inmodestia, táctica por mí concebida, el duro entrenamiento a que había sometido a los muchachos, la ilusión que con amenazas les había inculcado eran otros elementos a nuestro favor.  Todo iba bien; estábamos a punto de marcar; el enemigo se derrumbaba. Era una hermosa mañana de abril, hacía sol y advertí de refilón que las moreras que bordeaban el campo aparecían cubiertas de una pelusa amarillenta y aromática,  indicio de primavera. Y a partir de ahí todo empezó a ir mal: el cielo se nubló sin previo aviso y Carrascosa, el de la sala trece, a quien había encomendado una defensa firme y, de proceder, contundente, se arrojó al suelo y se puso a gritar que no quería ver sus manos tintas de sangre humana, cosa que nadie le había pedido, y que su madre, desde el cielo, le estaba reprochando su agresividad, no por inculcada menos culposa.  Por fortuna doblaba yo mis funciones de delantero con las de árbitro y conseguí, no sin protestas, anular el gol que acababan de meternos. Pero sabía que una vez iniciado el deterioro ya nadie lo pararía y que nuestra suerte deportiva, por así decir, pendía de un hilo. Cuando vi que Toñito se empeñaba en dar cabezazos al travesaño de la portería rival ciscándose en los pases largos y para qué negarlo, precisos, que yo le cruzaba desde medio campo, comprendí que no había nada que hacer, que tampoco aquel año seríamos campeones”.

abril 10, 2012

Glenn Cooper EL LIBRO DE LAS ALMAS

"Montaigu estaba a la altura de su reputación como infierno en la tierra. Edgar pensó que habría sido mejor estar en prisión. Al menos allí no tendría que leer a Aristóteles en latín ni soportar latigazos cada vez que no fuera capaz de memorizar un pasaje."

Pese a que aun no ha aparecido  -que yo sepa- la versión de bolsillo, tal como les anuncié tenía pensado regresar a Glenn Cooper en cuanto tuviera unos días de vacaciones.

El libro de las almas es la continuación de La Biblioteca de los Muertos y, como tal,  mantiene fiel el estilo de su antecesora. Aun así se aprecian  cambios respecto a la primera parte:  el estilo se ha pulido, la documentación es más exhaustiva y ya no aparecen los errores históricos de bulto que tanto asombraban al lector. Un esfuerzo que creo más achacable a la editorial, animada por el éxito de La Biblioteca de los Muertos, que a la pericia literaria de Glenn Cooper.

En todo caso, la trama está bien bastante bien construida, permite ser abordada sin necesidad de conocer la primera parte –aprende de nuevo, Zafón-  y se deja leer con suma facilidad, tanto por lo entretenido del argumento como por lo conciso de su estilo. Tanto que me ha sido casi imposible entresacar una sola cita del mismo que destile algún poso literario.

En definitiva, una lectura sin más pretensiones que entretener –enriqueciendo de paso a su autor, claro- y que saca su mejor nota si la comparamos con libros de su misma cuerda, como ese horripilante El símbolo perdido, de Dan Brown.

abril 02, 2012

Michel Houellebecq EL MAPA Y EL TERRITORIO

"Houellebecq le había dicho, al rememorar su carrera narrativa, que siempre se puede tomar notas, tratar de llenar renglones de frases, pero para emprender la escritura de una novela hay que esperar a que todo se vuelva compacto, irrefutable, hay que esperar a que aparezca un auténtico núcleo de necesidad".

Hay personas empeñadas en construir un personaje de sí mismos y Michel Houellebecq es un ejemplo magnífico de este tipo de vanidad.  Provocador, imprevisible y políticamente incorrecto, Houellebecq nunca ha dejado de trabajar su imagen para ser reconocido como el enfant terrible de las letras actuales francesas.


En El Mapa y el Territorio, el autor galo da una vuelta de tuerca a esa obsesión y se introduce en la novela asumiendo uno de los papeles principales de la misma. Y lo hace sin subterfugios, usando su nombre y apellido, mezclando realidad y ficción sobre su propio ser. De hecho se reserva a sí mismo el perfil más interesante de los que la obra presenta, ya que el protagonista, Jed, es un tipo que de puro anodino resulta tonto.  De hecho, resulta difícil no asociarlo con el cinematográfico Forrest Gump: Esto es, un hombre que, sin enterarse de nada, consigue hacerse rico y follar con la más guapa.

Con tales mimbres Houellebecq construye una novela de trama algo menos extravagante que anteriores obras, muy bien escrita y planteada como una plataforma desde la que reflexiona sobre la sociedad europea, en especial la francesa, de este principio del siglo XXI.  Lo mejor, sin duda, las conversaciones de Jed con su padre y con el propio Houellebecq –en las que Jed apenas habla, claro- y lo más curioso, la forma en que el autor se enfrenta a la novela negra, sin que el libro tenga nada que ver con este género.

En resumen, aunque me enfrenté a esta obra con algún prejuicio - creo que Houellebecq está sobrevalorado y la interior novela suya ,La Posibilidad de una Isla, me pareció espantosa- debo reconocer que El mapa y el Territorio, aun sin ser imprescindible, es un libro que merece ser leído.

marzo 19, 2012

Andreu Martín CABARET POMPEYA

"Plaer és vida igual que dolor és mort. Quan dónes plaer, dónes vida. L'orgasme es una explosió de vida, com si t'ofeguessis amb tanta vida. No sé qui va ser l'imbécil que va dir que l'orgasme era una petita mort. Aquest no havía follat bé en tota la seva vida."

Comenta Andreu Martín que, amb aquest llibre, el seu fillol Dani Nel.lo li va exigir que fes una novel•la mes negra que històrica. Es difícil determinar si ho ha aconseguit. D’una banda, a Cabaret Pompeya trobem molts clixés típics del gènere ”fosc”: agents perversos, pistolers, prostitutes, dones fatals, espies, delators i olor a pólvora permanent. D’altra, però, el component polític i els esdeveniments històrics son tan protagonistes que l’allunyen de les històries de policies habituals.

Poc importa quina etiqueta li pengem, la veritat. Cabaret Pompeya es una obra compacta amb si mateixa, i descriu un període molt concret, des-de el 1920, poc abans de la dictadura de Primo de Rivera, fins al final de la segona guerra Mundial, sempre mantenint a Barcelona com a referent. Andreu Martín estructura l’historia en base a records i documents del diferents protagonistes, ordenats per el fill d’un d’ells, que dona veu única i serveix com a eix conductor de la narració.

Pels que hagin llegit Barcelona Tràgica, Cabaret Pompeya pot ser una mena de continuació. Una obra que es llegeix molt be, i que, malgrat la seva extensió, enganxa amb facilitat al lector. Dit aixó, sota el meu punt de vista, a la aquesta història li sobren pàgines –i algunes aventures- per fer-ne d’ella una novel•la rodona.

Lo millor, sense cap dubte, la figura del inspector Miquel Jinete, un policia assassí, repel•lent i cabrò, que destaca amb mèrits propis dins de la millor tradició literària de policies assassins, repel•lents i cabrons de la Barcelona de postguerra. Nomes pensar que, a Via Laietana, en Miquel Jinete hauría coincidit necessariament amb l’inoblidable Inspector Francisco Javier Fumero, creat per Carlos Ruiz Zafón a La Sombra del Viento , fa tremolar de por. Com a curiositat -o no- tots dos autors inicien el currículum dels seus personatges com a pistolers anarquistes, abans d’abraçar, amb la fe del convers, el règim de Franco.

marzo 02, 2012

Steven Saylor ROMA SUB ROSA (SERIE)

“Y así, a la edad de cuarenta y siete años, fui soldado por primera vez en mi vida, equipado con restos de armaduras desechadas, con una cota de malla a la que le faltaba la mitad de la trama y un casco aplastado en forma de calabaza, blandiendo una espada sin filo en nombre de una causa sin esperanza, a las órdenes de un jefe destinado al fracaso. Debía estar acercándome al centro mismo del laberinto; casi podía sentir el aliento cálido del Minotauro en la cara”.

El éxito de El nombre de la Rosa de Umberto Eco fue tal que alentó  la creación de nuevos subgéneros literarios. Uno de ellos fue el del thriller religioso; otro, aún más fructífero, lo constituyen las novelas policíacas de ambientación histórica. A partir de ese momento las librerías se llenaron con aventuras de investigadores, policías o detectives que resolvían sus casos en el Egipto de los Faraones o la Florencia de los Médicis. Literatura menor, en muchos casos, sin más interés que el de sus editores por explotar el filón.

Podríamos situar la serie Roma Sub Rosa (Roma oculta) dentro de este género. Pero sería un error monumental y una injusticia ceñirla sólo a él.  ¿Qué diferencia a esta saga de otras? El talento literario de su autor. Steven Saylor logra tejer unas tramas policíacas tan compactas y bien resueltas que harán las delicias de los aficionados al género negro. PAdemás, su ambientación en la Roma del final de la República –Desde Sila hasta Julio César- es tan rotunda que entusiasmará también a los amantes de la narrativa histórica. Para quienes gusten de ambos géneros, la lectura de las aventuras de Gordiano el Sabueso debería ser obligada.

Pero es que aun hay más.  Porque la lectura de los libros que componen esta saga, logra lo que sólo consigue la buena literatura. Alzarse por encima de la narración y hablarnos de valores universales: la amistad, la lealtad, las injusticias, los abusos, la ambición humana o el cariño.

La saga Roma Sub Rosa se compone de 12 libros. Aunque cada obra es autónoma por sí misma –aprende, Zafón-  hay una trama común que las une a todas. Por tanto, recomiendo leer desde el principio. Por mi parte, si tuviera que elegir a uno de ellos, posiblemente me quedaría con El Enigma de Catilina. Las novelas que componen la serie son:

-          Sangre Romana
-          La casa de las Vestales
-          El brazo de la Justicia
-          La muerte llega a Roma
-          El enigma de Catilina
-          La suerte de Venus
-          Asesinato en la vía Apia
-          Cruzar el Rubicón
-          El cerco de Massilia
-          La adivina de Roma
-          El veredicto de César
-          El triunfo de César

febrero 19, 2012

Paul Auster SUNSET PARK

“(…) Qué incoherencia tan sublime que su propia generación, que no tiene mucho que contar todavía, haya producido hombres que nunca dejan de hablar, personas como Bing, por ejemplo, o como Jake, que se pone a hablar de sí mismo a la menor oportunidad, que tiene opinión sobre todos los temas, que vomita palabras de la mañana a la noche, aunque el hecho de que hable no quiere decir que ella quiera oirle, mientras que en lo que se refiere a los hombres callados, a los viejos, a los que están a punto desaparecer, daría cualquier cosa por escuchar lo que tuvieran que decir”.

Como fórmula habitual, en una novela los personajes, por bien construidos que estén, se supeditan a la historia. Basta a leer a Paul Auster para entender que no siempre es así, que a veces la trama es una mera excusa para abordar a los protagonistas de la obra.

Sunset park es un ejemplo perfecto de este estilo de escribir. El argumento es tan sutil que apenas si cumple como hilo conductor para dar cobertura a unos personajes que Auster construye hasta en sus más íntimos detalles y que el escritor describe con precisíon de psicoanalista.

Personas oscuras, insatisfechas y emocionalmente inestables, que se desenvuelven en la más estricta normalidad.  No son marginados, dese luego, es más, están sobradamente preparados.  A lo sumo, se mueven en un difícil contexto, como es el de la crisis actual.

A Paul Auster Auster le sobra oficio literario para, desde un guión tan simple,  reflexionar sobre el tiempo, las casualidades o las paradojas del destino, y de paso disertar sobre baseball, homenajear a la literatura norteamericana o criticar la política internacional de su país, sin que la novela pierda coherencia.  Y hacerlo además con amenidad, pese a cumplir con todos los requisitos de escritor de culto al uso: escribiendo en presente, construyendo frases de más de media página o evitando los guiones para marcar las conversaciones.

En definitiva, Sunset Park no agradará en exceso a los amantes de libros con estructura de presentación, nudo y desenlace, pero hará las delicias de aquellos que buscan explorar el alma humana a través de la literatura.

PD: Dedicado a mi antigua amiga Pilar Sánchez,  integrante también, como la personaje de Sunset Park, de un clan familiar femenino. En su caso, el de las famosas Sánchez de Ogilvy.

febrero 08, 2012

Fred Vargas UN LUGAR INCIERTO


- También hay gente que come armarios –murmuró Adamsberg.
Vlad se interrumpió, inseguro.
- ¿Qué come armarios? ¿Es eso?
- Sí. Tecófagos.
Vladislav tradujo, y Arandjel no pareció sorprendido.
- ¿Ocurre a menudo en su país? -se informó.
- No, pero también hubo un hombre que se comió un avión. Y en Londres, un lord que quiso comerse las fotos de su madre.
- Yo conozco un hombre que se comió su propio dedo –dijo Arandjel levantando el pulgar-. Se lo cortó y lo coció. Lo que pasa es que al día siguiente no se acordaba, y fue por todas partes reclamando su dedo.

En  un artículo anterior comenté que el principal mérito de Fred Vargas consiste en crear un imaginario personal y perfectamente reconocible,  dentro de un campo tan trillado como el la novela negra. Un Lugar Incierto confirma esta impresión y da una velta más de tuerca al estilo de Vargas: Personajes histriónicos, conversaciones surrealistas, atavismos rurales, fijación con los animales u  obsesiones neuróticas, al servicio de una sólida historia policíaca.

Quizá la principal novedad es que en esta obra la autora francesa explota su vena más gótica, y construye  una historia de vampiros que sirve como armazón para una novela negra. 

Como viene siendo habitual, el lenguaje llega a ser tan enrevesado que no es difícil perder el hilo de la narración. Especialmente difícil resulta saber cómo los personajes llegan a determinadas conclusiones. En estos csos, releer las páginas anteriores no suele ser de gran ayuda. Es preferible seguir con la historia, en la esperanza de que más adelante la autora aclare los puntos oscuros. Casi siempree lo hace.

Un Lugar Incierto es un libro interesante, que, sin ser una gran novela, seduce lo suficiente como para crear adicción al bestiario particular de Fred Vargas.

enero 30, 2012

Philip Roth NÉMESIS

"Su concepto de Dios era el de un ser omnipotente no constituido por la unión de tres personas en una divinidad, como el cristianismo, sino de dos: un jodido enfermo y un genio maligno".

El descubrimiento de las atrocidades que los nazis ejecutaron sobre los judíos sumió a los teólogos de esta religión en una profunda crisis, resumida en una pregunta crucial: si ellos son el pueblo elegido ¿Cómo pudo Dios permitir eso? Y es que las explicaciones más lógicas pasan por asumir que, o bien Dios no existe, o no tiene a Israel como el pueblo elegido, o no es Todopoderoso. Respuestas tan terribles para un devoto que aun no han encontrado respuesta en el seno del judaismo.

Philip Roth enmarca su novela  Némesis en ese mismo contexto histórico, el verano de 1944, pero lo ajeja de Europa y los campos de exterminio para situarla en la placidez de una ciudad de Estados Unidos, alejada de los combates. Sin embargo, sus personajes se enfrentarán a otreo horror no menos cruento, una epidemia de poliomielitis que se ceba de forma encarnizada sobre la parte más indefensa de la sociedad: los niños.

A partir de ahí Roth construye un sólido relato que sabe escapar de su vertiente narrativa para reflexionar sobre el destino, el azar, el dolor y el mismo hecho religioso. Y se permite el lujo de hacerlo sin un ápice de filosofía barata, ni efectismos literarios innecesarios, manteniendo en todo momento un estilo tan claro como contundente.

Némesis es un gran libro que permite muchas lecturas. Quizá no guste a todo el mundo, ya que el tema que le sirve de base es especialmente agrio. Aun así vale la pena acercarse aél pues sus valores son universales.

Ganador premio truñolibro 2011

El Ángel Perdido, de Javier Sierra, conquista el premio Truñolibro en su segunda edición.

El veredicto de este año estaba cantado. Sencillamente, el libro de Javier Sierra no tenía rival en cuanto a horror literario. Si lo enfrentamos a sus competidores observamos que:

-          Medir El Prisionero del Cielo con El Ángel Perdido es un insulto para el primero de los libros. De hecho, si la obra de Zafon postulaba en esta lista de la vergüenza, era sobre todo por el oportunismo rayano en la caradura que destilaba esta edición. Pero en cuanto a calidad literaria, un párrafo del autor de La Sombra del Viento tiene más literatura que toda la novela de Javier Sierra.

-          Los Crímenes del Número Primo es, como mínimo, tan malo como El Ángel Perdido. Es una obra espantosa, pero pierde puntos de cara al galardón por su evidente falta de pretensiones.  Aquí vuelve a sacar ventaja Sierra, quien no contento con largarnos la historia que nos cuenta, la insufla con un aire de pseudo cientifismo que, lejos de conferirle más credibilidad, la hace aún más patética.

Merecido premio pues para Javier Sierra y su Ángel Perdido, el cual hacemos entrega virtual en este mismo momento. Se declara abierta la inscripción para la edición 2012 de tan ignominioso trofeo.